Pero lo que realmente le da un toque de dramatismo y crudeza al filme es la banda sonora. Clint Mansell junto con el cuarteto canadiense The Kronos Quartet son los encargados de llevar el dramatismo de la historia a otro nivel. La forma como utilizan las cuerdas junto a los beats electrónicos hicieron de este material algo completamente distinto a lo que sonaba a principios de siglo. Es imposible no reconocer el papel tan importante que tiene el cuarteto que poco a poco va, in crescendo, desde una suavidad y acción al inicio, hasta lograr una tensión total en el climax de la cinta, que no hubiera tenido el mismo impacto sin la música. El dramatismo de ver a Harry cuando le amputan el brazo; a su madre recibiendo electroshocks; a Tyrone en la cárcel haciendo trabajos forzados; y el más doloroso, la imagen de Marion teniendo sexo con otra chica con toda una fiesta alrededor. Estas imágenes no se hubieran quedado en la mente del espectador sin la música del cuarteto. Vale la pena volver a ver la película y poner especial atención al papel que juega la música en esta cinta, y por qué no, disfrutar de ella sola. Debo agregar que hay que poner especial atención en los materiales de Kronos Quartet, un conjunto muy variado y creador de propuestas musicales inimaginables, siendo este soundtrack una buena oportunidad de acercarse a este grupo canadiense.
Publicado por Daniel
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