La Segunda Guerra mundial tuvo terribles repercusiones para el grueso de la humanidad. Países que se vieron involucrados directamente en el conflicto fueron terriblemente dañados, y aún, los que no estuvieron tras alguno de los frentes de guerra, sufrieron grandes consecuencias, principalmente económicas. México, en el periodo de guerra 1939-1945, experimentó grandes cambios, como el ensanchamiento de una identidad nacional, que años atrás había intentado consolidarse con la Revolución Mexicana; el fortalecimiento de la moneda; el incremento de vías de comunicación, tanto ferroviarias como automovilísticas, y la alfabetización del pueblo mexicano, por nombrar algunas.
Todo esto trajo consigo la proyección de un México al alcance de cualquier país de corte primer mundista. El cine que comenzaba a dar sus primeros pasos a nivel sonoro, luchaba por ganarse un buen lugar en la aceptación del público nacional y extranjero, ayudado por personajes que hablaran de esa nueva mexicanidad que se estaba fraguando con los presentes cambios, pero sin perder sus primigenias raíces. Es ahí cuando cómicos de carpa, personajes del barrio que se habían criado en él, sin más escuela que la propia vida, dieron un salto cualitativo a la pantalla grande para cimentar una imagen de un México de oro, que hasta el día de hoy nos identifica en toda Latinoamérica y en el resto del mundo. De esas nuevas luminarias, el mejor ejemplo al que podemos recurrir como muestra del cariz cómico, ágil y divertido de aquéllos años es a nuestro querido Mario Moreno Cantinflas, quien haciendo acopio de sus sólidas tablas carperas, logró inmortalizarse en el filme Ahí esta el detalle, obra que en su más prístina concepción, fue fruto de las declaraciones del criminal Álvaro Chapa, y que tiempo después inspiraría al escritor Juan Bustillo Oro para la realización del guión de dicho filme. Cabe destacar que pese al desbordado talento que caracterizaba a una estrella como Cantinflas, su éxito en este trabajo no se lo lleva por sí mismo, ya que al estar acostumbrado a la improvisación, que distinguía a los cómicos de carpa, le era difícil acoplarse a cualquier guión, que limitase su capacidad creativa, misma que demostraba a través del lenguaje. Fue así, con la ayuda de un cómico y bien estructurado argumento, aunado a una buena dirección por parte de Bustillo de Oro, que Cantinflas pudo debutar como actor en la pantalla grande, sin perder su peculiar sentido del humor.
El filme de alrededor de 110 minutos, grabado en blanco y negro, nos muestra una época dorada que fue fiel testigo de la estabilidad y crecimiento que el país gozó durante alguna época; nos habla de un México más sano, más inocente, más vivo. Con la ayuda de un argumento sencillo, y una escenografía mínima, Ahí esta el detalle, es una muestra fehaciente, que la visión del México de los años cuarenta, estaba llena de colores, aún cuando sus filmes, mantuvieran el sombrío blanco y negro que bien pudiera hablarnos del México que en la actualidad, intenta sonreír.
Por Neif
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